Si hay tres elementos que definen al País Vasco son su cultura, su naturaleza, y lo que nace de la unión de ambas: su gastronomía.
Con una institución académica pionera a nivel mundial, el Basque Culinary Center, y la mayor concentración de estrellas Michelín del planeta, la gastronomía vasca ocupa un lugar destacado en las preferencias de los gourmands más exigentes.
Restaurantes de la talla de Arzak, Martín Berasategui, Azurmendi o el Akelarre de Pedro Subijana, comparten pasión por la cocina con miles de bares de ¨pintxos¨, esa asequible cocina en miniatura elevada a la categoría de arte.
Prácticamente en cualquier localidad de la región se puede disfrutar de estos pequeños placeres, siendo el casco histórico de San Sebastián el que mayor fama internacional ha alcanzado. Si además tenemos en cuenta que la playa de esta elegante ciudad, La Concha, figura entre las más hermosas del mundo, no es de extrañar que haya sido históricamente lugar de veraneo de nobles y reyes de toda Europa.
Tradición y vanguardia van de la mano en Bilbao, dando lugar a una metrópoli que ha sabido reinventarse hasta convertirse en modelo de referencia en todo el mundo.
El archiconocido museo Guggenheim del canadiense Frank Gehry es el primero de una larga lista de obras firmadas por arquitectos de renombre mundial, como Norman Foster, César Pelli, Rafael Moneo o Arata Isozaki.
Obra maestra de la ingeniería, aunque mucho más antigua, es el Puente de Vizcaya, en la desembocadura de la ría. Construido por Alberto Palacio, discípulo de Gustave Eiffel, se trata del puente transbordador más antiguo del mundo, todavía en uso, lo que le ha valido entrar a formar parte del Patrimonio de la Humanidad.
Numerosas localidades repartidas por la costa vasca dan fe del especial vínculo que han tenido los vascos con el mar a lo largo de la historia.
Desde Mundaka, una de las capitales mundiales del surf, hasta Pasaia, donde actualmente se construye una réplica del ballenero San Juan, reflejo del esplendor y hegemonía mundial de la industria marítima vasca, hundido en la costa de Canadá hace casi 5 siglos.
Y, por supuesto, Guetaria, localidad natal del marino Juan Sebastián Elcano, el primer hombre que dio la vuelta al mundo, y del modisto de alta costura Cristóbal Balenciaga, cuyo legado se exhibe en el museo que lleva su nombre.
Y si nos dirigimos al sur, llegamos a Vitoria, ciudad verde y sostenible por excelencia, que cuenta con un precioso centro histórico medieval y es el lugar de residencia del lehendakari (presidente, en euskera) del gobierno vasco.
En esta afamada región vitivinícola se pueden visitar cientos de bodegas, desde las más tradicionales hasta las más vanguardistas, auténticas obras de arte de la arquitectura moderna como Ysios, diseñada por Santiago Calatrava, o Marqués de Riscal, de Frank Gehry.